jueves, 29 de noviembre de 2007

Los dos Marcelos

El robo es un –indeseado- mecanismo de regulación de las riquezas. Cuando el dinero se encariña sólo con algunas pocas personas, el resto, celoso, inquiere en las formas de ganar su monogamia. Estos últimos han sido tan embrutecidos por eso que no tienen, como aquellos que, aún peor, gozan de sus beneficios.

“Ganarse el pan” o “ganarse la vida” son locuciones que ya casi pierden su sentido. Hoy, hay que ganarse la 4X4, la casa de lujo, el status o, simplemente, lo que aparente todas las anteriores. Los publicistas tienen muy bien ganada su pega, hay que crear ilusiones, deseos, estereotipos, sueños y, peor aún, frustración: si no tienes lo que vendo, no existes; si no compras en mi tienda, eres infeliz; si no usas mi tarjeta, no estás vivo. Frente a un mensaje omnipresente y tan explícito ¿qué puede hacer un receptor incapaz de discernir entre ficción y realidad? Simplemente actuar como le han enseñado desde su asistencia primera a la escuela: hacer caso sin cuestionamiento. Ya lo hemos dicho: hay quienes se frustran, pero hay otros, más decididos, que actúan.

Robar a los dos Marcelos no tiene mayor importancia que aquella que le dan unos idiotas más grandes que ellos, los de Las Últimas Noticias. Robar a dos deportistas millonarios es el robo mejor realizado, sólo por debajo del robo a un empresario. Escoger a dos analfabetos millonarios para robarles no puede ser un acto de mayor precisión. Provocarles perjuicios económicos que no alterarán más que el ánimo del día no es más que eso.

Pero, ¿qué tienen en sus cabezas los periodistas de LUN que piensan que a estos tipos se les debe respetar? Nosotros, por nuestra parte, no hacemos más que regocijarnos. Si un robo los dejara en la miseria, si, por aquella causa, tuvieran que trabajar más de ocho horas diarias como el resto de los mortales para ganar eso con lo que no se vive, entonces, nosotros, recién ahí, nos alegraríamos aún más. ¿Cómo luciría un Salas o un Ríos de overol, zapatos de seguridad y casco? ¿Se fijarían en ellos una Ballero, una Larraín o una Sotela? Cuando deban trabajar así, aportando trabajo al resto -y no sólo más aburrimiento-, entonces, tal vez, los sentiríamos parte nuestra. Sólo así, nos dolería que un par vuestro les provocara algún daño. Por ahora, no hacemos más que reírnos de ustedes. Payasos.

jueves, 1 de noviembre de 2007

El Cabro Danús

Ya lo hemos dejado entrever. Farándula es la profesión de los farsantes o comediantes. Por lo menos eso dice la enciclopedia, ese libro aún ignoto para los periodistas de espectáculo. Ese libro nos ayuda en algo más, nos dice: “FARÁNDULA, del al. fahrender, errante, vagabundo”. Y es así como nos hemos sentido: como holgazanes u ociosos que andamos errantes, sin tener domicilio fijo, o sin oficio o beneficio. Nosotros, vagabundos, escudriñamos en la bazofia de esos periodistas, actores, bailarines que, erradamente, como mucho de lo que profieren, se dicen llamar “opinólogos”. Y entre toda esa basura hemos encontrado un pequeño tesoro, entre toda la mierda publicada por la revista “Mujer” de La Tercera, deslumbraba ante nuestra vista un pequeño atisbo de sensatez periodística. Aquel artículo, no se distinguía de los demás contenidos en ese basurero sino sólo por los datos que puede aportarnos acerca de una persona inaceptable: Rodrigo Danús. Quien lo escribe, la conocida Laura Landaeta, por fin hace algo bueno: asemeja a este hombre con lo que pareciera verdaderamente ser: un mafioso como Vito Corleone.

Vamos viendo. Rodrigo Danús es un hombre más feo y con muchísimo más dinero que el chileno medio. Es patrón y marido de Carola Julio, quien, según el artículo, le enseñó a vestirse como la gente.

Danús, en sus propias palabras, estaría recibiendo anualmente, sólo por concepto de publicidad en el programa de su propiedad SQP, algo así como tres millones de dólares (no hay cifras acerca de lo que embolsa desde la Revista SQP ni del programa “Gente Como Tú”, 50% de su propiedad). Citamos a Landaeta: “el plato fuerte de su patrimonio lo compone la empresa que fundó hace seis años; South World Consulting (SWC) socia –entre otras transnacionales- del fondo de inversiones más importante de Latinoamérica, Southern Croos. Y aunque no le gusta hablar de plata, reconoce que sólo en 2006 percibió utilidades por 100 millones de pesos”. Cuando se hable sobre la acumulación de riquezas en Chile y no se nos ocurra ningún apellido, habrá que echar el ojo para este lado.

En su escritorio descansan las fotografías de dos personas importantes para él, una de ellas es la de Augusto Pinochet. Rodrigo Danús, además, es sobrino de un ex ministro de economía del dictador: el general Luis Danús. Fue asesor de Hernán Büchi y, gracias a él, la dictadura militar pagó su MBA en la Universidad de Navarra. Un poco antes, en la Universidad de Chile, Rodrigo Danús fundó el grupo ultraderechista llamado “G-51”. Hace poco se ha asociado con Sebastián Piñera (Costanera Norte) y, así y todo, el tipejo éste planea asociarse también con el diputado Marco Enríquez-Ominami para emitir un ciclo de telefilmes en Chilevisión. (Miguel, nosotros te seguimos respetando).

Quienes lo atacan -no por lo que es- lo hacen sólo porque son sus competidores televisivos. Ellos rumorean que la mitad de los empleados de SQP trabajan sin contrato, que no hay seguros contra accidentes laborales, “y cada vez que alguien ha intentado armar un sindicato sale trasquilado”. No podemos dejar de pensar en el empresario muerto de treinta puñaladas a manos de un empleado que pedía ser contratado. Hay quienes, decididamente, llevan a la acción lo que nosotros, cómodamente, llevamos en el deseo.

Un último antecedente. Junto a Cecilia Bolocco, fue socio del portal Isomos.com. Debido a que Bolocco desatendió los negocios que llevaban en común, Danús, con sangre en el ojo, publicó en la Revista SQP las fotos de la otrora cartuchona reina de Chile practicando felaciones y manoseos a su nuevo amigo Luciano Marocchino (aunque ella sigue maritalmente vinculada a Carlos Menem). Felipe Izquiero, otro derechista, huaso bruto y violento, travesti profesional, payaso que no hace reír a nadie y perro faldero de Cecilia Bolocco, rompe su amistad de años con Rodrigo Danús debido a la publicación de las fotografías, acusándolo de haber hecho una “canallada diabólica”.

Los sabemos, estamos seguros: de aquí a dentro de poco, veremos la horrible cara de Danús impresa en carteles de propaganda política. Éste es el tipo de hombres que cree que, al traspasar cierto umbral económico, se ha transformado en filántropo, en un servidor público, en un creador de buenos empleos, cuando lo que ha hecho, a ciencia cierta, ha sido todo lo contrario.

Citamos por última vez a Landaeta: “Hace seis años (…) el empresario sufrió un accidente en su Porsche que casi le costó la vida y por el que acarrea hasta hoy cicatrices imborrables en su rostro y en su cuerpo”. Por nuestra parte, seguimos creyendo que si dios existe, es fascista.